Cuando otros nos piden que nos convirtamos en la persona que ellos quisieran que fuéramos, nos están forzando a destruir las personas que realmente somos. Es una sutil forma de crimen… los padres y familiares más cariñosos asesinan con una sonrisa en la cara. JIM MORRISON

sábado, 14 de noviembre de 2009

Jack Torrance, un personaje real

Hace un par de días pasé por el centro del libro y me compré una novela histórica sobre la vida y crímenes de Erzsébet Báthory, la condesa sangrienta, titulada Ella, Drácula (2005), del escritor Javier García Sánchez. Una novela policíaca del maestro Jeffery Deaver El Mono de Piedra (2002) y como era de esperar, un par de novelas de Stephen King.


El terror de turno lo encontré en las delirantes páginas de la tercera novela —si no se toma en cuenta Rage (1975) escrita bajo el seudónimo de Richard Bachman— de Stephen King: The Shining o El resplandor (1977), que me mantuvo tres noches con los ojos pegados a la tipografía con que estaba impreso el papel, siguiendo paso a paso la historia que aconteció en el hotel Overlook. La novela me encantó; sentí en las tripas de ese terror palpable, casi físico que sentía cuando era un niño, cuando me escabullía en altas horas de la madrugada hasta la sala de la casa para ver películas como: Hellbound, Blood in the Mummi is Tomb o The Nigth of the Living Dead sin que mi madre lo supiera. Soy amante del género de terror desde siempre y no es cualquier historia horripilante la que logra descomponerme como me descompuso esta novela, —a excepción de la magnifica Pet Sematary (1983) que hasta ahora es la única obra que me a hecho subir los pies a la cama por si hubiera algo reptante bajo ella. — Más las pesadillas que me causó.

El Resplandor o El “Esplendor” como prefiero decirle yo, es una novela que me ha dejado exhausto, respirando con dificultad tras correr por tantos pasillos y corredores asfixiantes, por el viejo ascensor, los arbustos de animales, la zona de juegos. ¡Esa maldita habitación 217! por su locura y la falta del sueño tranquilo. En la atmósfera de esta historia es donde experimenté lo máximo del horror del hotel Overlook…


ALGUNOS PERSONAJES, ENTRE ELLOS UNO REAL.

Wendy Torrance, la esposa de Jack; a esta la encontré desesperante. Danny es un niño que no me lo creo aunque sea en papel. Al jefe de Jack engreído. Al señor Hallorann muy simpático, amigo, pero el personaje de Jack Torrence me llegó hasta la medula, muy carnico y familiar. Sí, familiar porque se parece a mí, o yo a él —vimos la luz el mismo año de 1977. Él en papel, yo en la realidad— En un tiempo oscuro de mi vida también bebía “cosas malas” y llegaba a casa borracho, osea, tenía problemas con el alcohol y entre mi carácter estaba el de tener “accesos de mal genio”. Puedo ser “un poco” impaciente (reconozco) con la gente que me molesta sobrevolándome como moscas sobre el plato, seré sincero, soy fácil de irritar cuando las tonterías y estupideces de otras personas me moja con su baba. Sobre todo cuando estoy en casa viendo TV o leyendo una novela y mi hermana o mi madre me ponen todo tipo de conversaciones y no me dejan escuchar concentrar. Dejé de beber hace un par de años y mejoré, pero como quiera sigo sintiéndome “vigilado” al igual que Jack. Torrance es un personaje con una vida y una personalidad que encontramos en cualquier parte, hasta en nosotros mismos, él es mi frustración escondida, mi rabia camuflada de buenas maneras. Al igual que Jack paso tiempo escribiendo; él su obra de teatro, yo mi novela y cuentos de terror, enserado en mi propio y exclusivo Overlook personal.

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